Publicado em 10 de dezembro de 2023.

Las formas de concebir un territorio en disputa por fuerzas externas a
un espacio con característica que van más allá de la simple imagen; o de la
geografía de apariencia, empero, sobre la base de la apropiación privada en
la fase de especulación sobre un territorio en transformación expansiva. En
este sentido, consideramos que, en principio existen elementos para concebir
qué sucede en la zona del sursureste mexicano. A nuestro juicio lo determinan
tres factores socioeconómicos que producen desigualdades en un “desarrollo
desigual y combinado” a saber: 1). Marcan las especificidades para lograr
comprender cada fragmento segregado por la lógica del usufructo y el modo de
apropiarse de territorios valorizados por la demanda en dos direcciones: primera,
para la construcción de hoteles y servicios demandados por el turismo nacional
e internacional y; segunda, las fronteras físicas de lo rural a lo urbano es la que
se prioriza en un escenario donde los usos del suelo no tienen freno jurídico
ni posibilidad de mantener su estatus legal. 2). Sin embargo, las leyes laxas
permiten invasiones de terrenos, acaparamientos de selvas y se apropian de
las zonas comunitarias o colectivas, por ejemplo: playas, lagunas y espacios
de la selva. 3). Lo que significa entonces que, existen permisividad de acciones
ilegales para después legalizar cuando ya existe un proceso de apropiación y
construcciones no prohibidas desde un principio de la invasión. He ahí entonces
cuando se vuelven en fragmentos y piezas u objetos intercambiables para el
sector inmobiliario y rentistas usureros.
Lo observado en la región sursureste de México, se convierte en la
primacía del presente como la respuesta de oportunidades para la inversión
y; un futuro, aún en incertidumbre para las mayoráis de la región. No es por
desanimar o desalentar el posible desarrollo; sino, porque las alternativas para
las comunidades se restringen en ocasiones hacia un aspecto economicista y no
de tendencias hacia un fortalecimiento del empleo, de seguridad, de proporciones
reales para un fortalecimiento de la economía familiar. Por supuesto es lo
deseable; empero, mientras las propuestas de la Cuarta Transformación estén
en la zona, esas opciones deseables pueden ser la alternativa social, económica
y territorial.
En otro aspecto de la perspectiva de la observación in situ, el crecimiento
urbano presenta sus propias contradicciones de no retomar su desarrollo; por
ejemplo, la ausencia de una auténtica planificación integral, incluyente, solidaria
y democrática, es difícil comprender las demandas comunitarias. Lo que vendría
como consecuencia en esta dirección, podría generarse con obstáculos la
llamada “ordenación territorial”, en este sentido, provocaría la desordenación
socioespacial de la zona.
En este proceso presenciamos una forma de transformar y usar el territorio
como un derecho a vivir, reproducirse, a usufructuar los recursos y preservar
culturas e interrelacionarse con la cosmogonía heredada en un contexto de
unidad entre la diversidad del pensamiento ancestrales y de las transculturación
que se presenta por la migración de otros Estados como de las influencias del
extranjero. Estos factores objetivos y subjetivos los que serían quizá uno de los
intentos por integrar o desintegrar las redes sociales locales. Más que de las
tierras abandonadas. También, se espera un reacomodo abierto a resquicios
materiales para quienes desean respetar, impulsar y mantener la región en
forma de patrimonio socializado para y de todos.
En cuanto al despojo de tierras, se ha venido presentando desde la
década de los setenta y en mayor proporción en la pasada administración. Sobre
todo, por las políticas neoliberales de ofrecer territorios a cambio de un supuesto
“desarrollo”; basado en inversiones privadas del exterior para malbaratar no
sólo tierras, sino las que están cercanas a playas y monumentos históricos
mayas. Además, en dirección hacia un proceso de especulación del suelo en y
sus usos contrarios a los delineados en lo jurídico político. Se aprecia de modo
que, es evidente ya la mercantilización de cada espacio demandado por el
turismo nacional e internacional. Esas manifestaciones tangibles son parte de
las contradicciones que emergen en territorios en disputas por el capital y las
comunidades ancestrales.
J. Iván Carrasco Andrés
Berlín, Alemania, otoño del 2023.