Resilencia del profesional de enfermería ante el paciente oncológico pediátrico y su interrelación
La resiliencia, es una capacidad, una estrategia que nos permite no sólo hacer frente a la adversidad, sino aprender de ella para ser mucho más fuertes, más valientes, más sabios. Nos ayuda a hacer frente a aquello que la vida nos presenta de forma inesperada, como un fracaso sentimental, una desilusión, una pérdida.
Para poder ser resiliente es importante ser consciente de las propias limitaciones y vulnerabilidades, que no todo se puede y será fácil; así mismo es importante reconocer aquello en lo que se es bueno y nadie puede poner en duda. Se debe entender que el sufrimiento también forma parte del aprendizaje vital, pero identificar qué es lo que nos ha lastimado, ayudara a evitar que nos vuelva a ocurrir.
El sufrimiento, así como la felicidad forman parte de la vida; sin embargo, las personas resilientes no se anclan en el pasado, en lo que pudo ser y no fue, en esa pérdida que nunca volverá. Aprender a vivir en el “aquí y ahora”.
La resiliencia nos enseña a aceptar lo ocurrido para vivir mejor en el presente, en lo que ahora inscribe la verdadera oportunidad de ser feliz. Ser una persona resiliente en el servicio de oncología, resulta sumamente favorable, ya que el personal de enfermería adscrito al servicio que tiene el contacto diario con los pacientes pediátricos viven constantemente en un sube y baja de emociones por tratar a estos pacientes.
Al ser niños no pierden su inocencia y peculiaridad para ganarse la confianza de las enfermeras y sobre todo su cariño; siendo esto el proceso más complicado ya que en el peor de los casos cuando llega a fracasar el tratamiento oncológico se enfrentan a la muerte de ese paciente y a reconfortar a la familia, que se vuelve también parte importante en este proceso de convivencia enfermera-paciente. Saber identificar las limitaciones como profesionista y como ser humano, brindara al personal de una barrera de protección emocional para saber dividir el cuidado integral brindado hacia los pacientes y la relación afectiva que se pueda desarrollar con el paciente oncológico. Sin ver afectada la salud bio-psico-emocional de las enfermeras.
La interacción es mucha, la comunicación el mejor método para poder ganar la confianza de los niños y el creer en ellas mismas la mejor forma de ser resilientes y poder brindar una atención de calidad e integral a los pacientes pediátricos oncológicos.
El autoconocimiento y el fortalecimiento de la inteligencia emocional; la promoción de estos dos ayudará a que el personal de enfermería a cargo de los pacientes crónicos tenga una salud mental y emocional adecuada para la correcta atención y cuidado del paciente pediátrico oncológico.
Resilencia del profesional de enfermería ante el paciente oncológico pediátrico y su interrelación
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DOI: 10.22533/at.ed.50822181117
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Palavras-chave: paciente pediátrico, oncología, resiliencia
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Keywords: pediatric patient, oncology, resilience
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Abstract:
Resilience is a capacity, a strategy that allows us not only to face adversity, but also to learn from it to be much stronger, braver, wiser. It helps us deal with what life presents us with unexpectedly, such as a sentimental failure, a disappointment, a loss.
In order to be resilient, it is important to be aware of your own limitations and vulnerabilities, that not everything can and will be easy; Likewise, it is important to recognize what you are good at and no one can question. It must be understood that suffering is also part of vital learning, but identifying what has hurt us will help prevent it from happening again.
Suffering, as well as happiness, are part of life; however, resilient people are not anchored in the past, in what could have been and was not, in that loss that will never return. Learn to live in the "here and now".
Resilience teaches us to accept what happened in order to live better in the present, in what now inscribes the true opportunity to be happy. Being a resilient person in the oncology service is extremely favorable, since the nursing staff assigned to the service who have daily contact with pediatric patients constantly live in an ups and down of emotions to treat these patients.
Being children they do not lose their innocence and peculiarity to gain the trust of the nurses and above all their affection; this being the most complicated process since in the worst case, when the oncological treatment fails, they face the death of that patient and comfort the family, which also becomes an important part of this process of nurse-patient coexistence. Knowing how to identify the limitations as a professional and as a human being will provide the staff with an emotional protection barrier to know how to divide the comprehensive care provided to patients and the affective relationship that can be developed with the cancer patient. Without seeing the bio-psycho-emotional health of nurses affected.
There is a lot of interaction, communication is the best method to gain the trust of children and believing in themselves is the best way to be resilient and to be able to provide quality and comprehensive care to pediatric oncology patients.
Self-knowledge and strengthening of emotional intelligence; The promotion of these two will help the nursing staff in charge of chronic patients to have adequate mental and emotional health for the correct attention and care of pediatric oncology patients.
- Rosario Barrera Gálvez
- Roció Belem Mayorga Ponce
- Karen Mariana Gutiérrez Castillo
- . Rosa María Baltazar Téllez
- José Arias Rico