Publicado em 24 de março de 2022.

La principal motivación para pensar la educación es el particular interés por el hombre y su entorno. Es preocupación de todas y cada una de las personas, al margen de cualquier época, querer ser mejores, incluso de aquellos que no se plantean tal problema, interesándose sobre todo en la practicidad e inmediatez de sus vidas. Tal preocupación encierra la idea de perfeccionamiento de acuerdo a su concepción del mundo y sus intereses: Ahí vemos, en la actualidad, al gerente, buscando la excelencia personal y de su empresa; a los buenos líderes y políticos (que cuesta mucho creer que los hayan), interesados en el bienestar de las naciones; a los pensadores, motivados en mejorar la calidad de vida humana en todo aspecto; a los ascetas desde la perspectiva espiritual, al hombre común y corriente.

Sin embargo, son pocos los que reparan en este eje transversal de toda actividad humana y la piensan: la educación como proceso de aprendizaje; y, en sentido extenso, del perfeccionamiento de la persona. Considero que el criterio humanista desde la perspectiva social desvela a todo aquél que pretende vivir seriamente, este intenso objetivo nos arrastra a todos a la búsqueda de la felicidad inmediata y también finalística.

Actualmente vivimos en el mundo donde lo inmediato, útil y práctico absorbe vertiginosamente una comprensión integral del hombre; a este mundo debemos plantearle nuevamente perspectivas ya pensadas, pero no por ello obsoletas o ‘pasadas’; perspectivas que integren totalmente las dimensiones humanas, a fin de permitir actualizarnos con criterio y sentido. Esta perspectiva que trata sobre tan importante eje transversal forma parte del pensamiento perenne en general, diseminada en numerosas obras y, es lo que llamamos teoría del perfeccionamiento humano, que se fundamenta básicamente en las virtudes, entendidas como hábitos perfeccionadores del hombre.

Renombrados investigadores se han pronunciado al respecto, de ahí que la bibliografía sobre el tema es muy numerosa; sin embargo, nos hemos preocupado en ir a las fuentes a fin de que los lectores tengan acceso a la propia investigación y profundización de esta temática. Nuestro objetivo es -sobre todo- revalorar el planteamiento de la philosophia perennis y su aporte a la temática educativa hasta la actualidad.

Este es un texto de filosofía de la educación, con una perspectiva en especial, tiene como hilo conductor la fundamentación de la actividad educativa, entendida como eje trasversal de toda actividad humana, como actividad que actualiza el perfeccionamiento integral de la persona. De ahí que tomemos como clave el criterio ontológico de la existencia y su finalidad, analizando la educación como realización integral del ser personal y como proceso de perfección del hombre, fundamentándola en la filosofía del ser y en la ética. La perspectiva del pensamiento perennis vincula –como no puede ser de otro modo- conocimiento y virtud, pues, todo acto humano comporta necesariamente estos elementos, desembocando en el ámbito de la moral.

Entendemos la philosophia perennis, después de investigar el origen y desarrollo histórico de la expresión, como síntesis del pensamiento, es decir, la reactualización del pensamiento sobre las preocupaciones constantes de todos los tiempos: el conocimiento, su transmisión, la vida adecuada en sociedad, todos elementos presentes en la relación entre filosofía y educación, teniendo un hilo conductor teleológico, es decir, de finalidad y sentido como orientador y regulador de la vida humana.

En este aspecto, resulta interesante el pensamiento grecolatino, principalmente aristotélico-tomista, que percibe al hombre en dimensión real: íntimamente corpóreo y trascendente. El aporte y riqueza de tal pensamiento perenne radica en dos aspectos: en la superación del tiempo, es decir, que lo reflexionado sea de utilidad siempre; y, la coherencia de vida, donde converge manera de pensar y ser.

En los primeros capítulos del texto se realiza una mirada a la educación contemporánea, particularmente bajo los conceptos de llamadas mega tendencias y de la educación para el mercado, luego se hace un análisis de la expresión philosophia perennis con el objetivo de comprenderla de manera integral, basándonos particularmente en su evolución histórica, y finaliza con los aportes conceptuales que da a la temática educativa. Este apartado enlaza con la parte en que desarrollamos el concepto de educación y sus relaciones con la filosofía en general, hallando puntos de encuentro que son analizados por una de sus áreas particulares, nos referimos a la filosofía de la educación, que se ocupa básicamente de la fundamentación y finalidad del quehacer educativo y su ineludible importancia de entenderla así en nuestro actual contexto. 

Agradezco, finalmente, a todas las personas que han hecho posible la presente investigación y su posterior publicación: A mis padres y a mis amigos, en quienes incluyo maestros, colegas y estudiantes, sin los cuales no me hubiera formado, aprendido o enseñado algo.

El Autor