Desde los tiempos más remotos, la humanidad ha manipulado sonidos e imágenes para crear representaciones sociales cargadas de significado y capaces de establecer las asociaciones más complejas. Desde el gruñido primitivo que daba sentido a algo pronunciado hasta las pinturas rupestres que ilustran las cuevas con conocimientos e historias, la comunicación humana permitió la comprensión de un mundo en construcción. 
Con el apogeo tecnológico, los sonidos y las imágenes formaron un solo cuerpo proyectado en las pantallas de los televisores y cines. La radio fue más allá del tambor tribal y resonó sus ondas más allá de la estratosfera de la Tierra. Ahora, los tiempos son diferentes y la comunicación se ha trasladado al entorno digital donde converge en los enredos de las redes virtuales. En el ciberespacio, los textos, los sonidos y las imágenes pueden ser creados, capturados, editados, reproducidos y reensamblados ininterrumpidamente, ya sea por mentes humanas o por inteligencia artificial. 

Sin embargo, hablar de comunicación es mucho más que exponer un proceso evolutivo tecnológico. Es hablar de una capacidad humana que ha llevado a la civilización a la etapa actual. Entre las aplicaciones relacionadas con el bien común o, más precisamente, con la esencia de la comunicación, se encuentra el acto de compartir, tal y como propone el libro "Cine y comunicación: escenarios de incidencia para el bien común", organizado por Lourdes Mateos Espejel y Omar García Macías. 

De hecho, la obra hace más que tratar con un concepto filosófico, ético y político que se refiere al conjunto de condiciones que promueven una sociedad donde es posible vivir plenamente y con dignidad. Sus organizadores exponen escenarios comunicacionales en los que se revela y refleja la incidencia del bien común.

Para abordar el tema, Lourdes Mateos Espejel y Omar García Macías dividen el libro en dos segmentos: "El cine: escenario de incidencia para el bien común" y "La comunicación: escenario de incidencia para el bien común". La división enfatiza, en su primera parte, el cine como representación audiovisual de una sociedad en transformación. 

El primer capítulo, "Repensar la creación cinematográfica: transformar la exclusión en empatía y bien común", de Sara Manuela Duque García, explora la capacidad del cine para proyectar, en pantallas y mentes, representaciones de quienes habitan y dominan el mundo. La obra cinematográfica queda expuesta del control de los medios de comunicación por parte de grupos de poder hegemónicos, evidenciando la exclusión de otros grupos sociales de una industria que hace del cine un espacio de violencia contra las comunidades que ocupan lugares de subordinación. Se propone como cambios en este escenario, apuntando a la promoción del bien común, la empatía, la equidad y la inclusión.

El siguiente capítulo, sin embargo, pregunta: "La educación cinematográfica dentro del paradigma del Bien Común ¿realidad posible o utopía?" Elaborado por Omar García Macías, el texto discute cómo promover el bien común en una realidad que superpone al individuo -el creador de la película- al colectivo responsable de la producción audiovisual. Se cuestiona y alienta a la educación cinematográfica a revisar los imaginarios sociales y los mitos racionalizados que habitan la academia, entre otros espacios.

La primera parte del libro finaliza con el capítulo "El diario y los espacios de lo íntimo a través del cine: conversaciones con la directora Xiana Do Teixeiro". En él, Esther Pérez Nieto explora la trayectoria de la cineasta, productora e investigadora gallega reconocida por trabajos relacionados con cuestiones de género, espacio público, biofilia y discursos feministas de resistencia y celebración. Fruto de los diálogos grabados desde 2021 entre Xiana y Esther, el texto aborda películas recientes de la cineasta que aún mantiene vínculos con el ecofeminismo.

La segunda parte de este libro, "La comunicación: escenario de incidencia para el bien común", está organizada por Lourdes Mateos Espejel y Omar García Macías con el fin de explorar otros espacios comunicacionales de ocurrencia del bien común. El capítulo que abre este segmento es "Comunicación efectiva en la práctica del Trabajo Decente: una apuesta por el bien común", de Claudia Guadalupe De la Fuente Morales, que investiga cuáles son los elementos necesarios para la comunicación asertiva del concepto de "Trabajo Decente", incorporándolos a la legislación mexicana y, sobre todo, al bien común.

"El bienestar laboral en la construcción del bien común a través de una comunidad educativa más sana en universidades de México: universidad pública y privada", de Eva María Pérez Castrejón, Mauricio Ernesto Ortiz Roche y Raúl Arenas García, propone, posteriormente, identificar el bien común presente en la relación entre la satisfacción de los colaboradores universitarios de dos instituciones de educación superior con sus entornos laborales. El capítulo discute la promoción del bienestar en el trabajo como una herramienta que mejora las condiciones laborales de los recursos humanos a través de experiencias con impacto positivo en organizaciones públicas y privadas.

El siguiente capítulo, "Interés por los efectos de las redes sociales en adolescentes: comunicación aplicada desde a perspectiva del bien común", de María Luisa Gómez Iglesias y Lourdes Mateos Espejel, revela cómo la comunicación estratégica puede generar interés en relación con los efectos negativos de las redes sociales en la salud mental y el bienestar de los adolescentes. Después de escuchar a 120 estudiantes de secundaria, con edades comprendidas entre los 15 y los 18 años, los autores proponen combatir la ansiedad, el nerviosismo y la preocupación por la inseguridad en el espacio digital a través del establecimiento de una comunicación que oriente la selección de contenidos y promueva el bien común como objeto de autocuidado.

El penúltimo capítulo, "Las Radios comunitarias que refacultan: pilares de la democracia y la buena comunidad", de José Ojeda Bustamante y Ricardo Martínez Martínez, aborda el papel de un medio esencial en la construcción y fortalecimiento de la democracia en México a través del empoderamiento ciudadano y la práctica del bien común. Los autores demuestran, con ejemplos históricos y actuales, a las radios comunitarias como promotoras del reempoderamiento, la inclusión y la participación popular, configurándose como un espacio para el bien común efectivo y real.

De la lectura de estos capítulos, se evidencia que "Cine y comunicación: escenarios de incidencia para el bien común" promueve el debate, educa y sensibiliza, además de construir identidades colectivas y dar voz a grupos marginados. La obra, en particular, inserta a los lectores en escenarios cinematográficos y comunicacionales de incidencia para el bien común, donde prevalece el conocimiento responsable surgido del diálogo democrático y la promoción del interés colectivo. De hecho, este libro refleja sonidos, imágenes y textos verdaderamente ciudadanos. ¡Solo échale un vistazo!

¡Excelente lectura!

Lourival Da Cruz Galvão Júnior

Docente e pesquisador do Doutorado e Mestrado Acadêmico em Planejamento e Desenvolvimento Regional e do Mestrado Profissional em Gestão e Desenvolvimento Regional do Departamento de Gestão e Negócios da UNITAU. Membro do Conselho Editorial da Revista Brasileira de Gestão e Desenvolvimento Regional na função de avaliador. Membro do Conselho Editorial da Revista Latin American Journal of Business Management