La población trabajadora de jornadas ordinarias nocturnas cada vez aumenta tanto en Costa Rica como internacionalmente. Sin embargo, la vulnerabilidad y adaptaciones necesarias no son suficientes debido a la falta de información sobre la seguridad y riesgos para esta población, lo que impide la intervención y medidas de protección oportunas en su salud. Para contribuir en la solución de esta problemática en esta investigación se relaciona la calidad de la dieta, entendida como el cumplimiento de los principios básicos de suficiencia, variedad, equilibrio, inocuidad, completitud y adecuación en los alimentos consumidos por la población; la calidad del sueño, es decir, si se logra el estado de relajación adecuado en un periodo de tiempo y el riesgo cardiovascular. Estas variables importantes en la prevención, desarrollo o evolución de las consecuencias que puede traer esta jornada a la población trabajadora. Material y Método: Investigación tipo cuantitativa, correlacional, transversal en trabajadores de jornadas ordinarias nocturnas con edades comprendidas entre los 18 y 65 años que han desempeñado esta jornada durante más de un mes en San José, Costa Rica. Se  registró la toma de la circunferencia abdominal como método para establecer el riesgo cardiovascular y se aplicó un cuestionario con el Test de Pittsburg y el Índice de Calidad Global de Alimentación para evaluar la calidad del sueño y calidad de dieta respectivamente. Resultados: La población en estudio presenta, una mala calidad de sueño, siendo el 88,5% clasificado como trabajador con problemas del sueño. Asimismo, 95,9% de la población presentaba una calidad de dieta categorizada como poco saludable o que requería cambios. En cuanto al riesgo cardiovascular, el 44,8% presenta un riesgo aumentado o sustancialmente aumentado. Conclusión: Se revela una relación entre la calidad de la dieta y la calidad del sueño. Asimismo, se identifica una asociación entre la calidad del sueño y el riesgo cardiovascular con un nivel de significancia de 0,10.